La tecnología se alimenta de electricidad, por muy avanzada y moderna que sea, pero no siempre estamos en disposición de gastar a bordo toda la carga que necesitamos en la tecnología que llevamos. Además de la electrónica que tenemos instalada, cada vez que salimos a navegar embarcamos más dispositivos que necesitarán energía. Cada tripulante lleva sus equipos y en muchos casos cada equipo es de un fabricante diferente con sistemas de carga totalmente dispares. Cuando llega la noche todos necesitan recargar sus baterías y comienza la pelea por los pocos enchufes que tienen los barcos.

La electricidad y el agua son, en la mayoría de los barcos, bienes preciados y escasos. El racionamiento de la electricidad puede ser más estricto incluso que del agua, y además puede tener sus horarios de uso, y con limitaciones de amperios

¿Sabremos vivir con dos horas de carga al día? ¿Y si somos seis personas y cada uno con un móvil y una tableta o portátil? Si seguimos unas pautas básicas y embarcamos los dispositivos adecuados para este entorno, esta limitación dejará de ser un problema.

La primera tarea que tiene que hacer el capitán antes de una travesía o un simple fin de semana a bordo, consiste en avisar a su tripulación de las limitaciones energéticas y la necesidad de traer cargadores de 12 voltios para sus equipos, e incluso, si es posible, sus correspondientes baterías de recambio o de carga externa.  Si no disponen de cargadores de 12V, deben traer cables USB de carga, conectables a cualquier cargador.

Otro problema añadido del que tiene que advertir el capitán es el orden a bordo, porque la necesidad eléctrica genera un desorden que se produce cuando cada tripulante pone a cargar sus equipos en el primer enchufe que pillan, con los cables apelotonados de cualquier manera.

Si el barco dispone de generador, o vamos a pasar muchas horas en puerto, el ahorro de energía ya no es tan grave, aunque el generador suele ser incómodo, no sólo para los tripulantes, sino en algunos casos, para los barcos vecinos. Existe una norma no escrita que no permite a las embarcaciones usar el generador a partir de cierta hora, con el fin de respetar el descanso y el silencio del buen fondeo.

Hay que tener en cuenta que el motor lleva un alternador que carga las baterías durante su uso, pero que esa energía se requiere para los servicios propios del barco, como es la electrónica, emisora, neveras, luces de navegación, iluminación interior … Al capitán le interesa tener carga para estos servicios propios del barco, quedando la tecnología auxiliar en un segundo plano de importancia, y no debe mermar las necesidades reales de a bordo. Incluso diría que prefiero tener las cervezas bien frías a cambio de no tener batería en el móvil. Hay preferencias para todo.

N&Y-INFORMATICA A BORDO- Cap 90 – INFORMATICA A 12 VOLTIOS

Publicado en el número 37 de la revista NAUTICA & YATES Magazine

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